LA FRASE...

".....Que otros se jacten de las paginas que han escrito....

a mi me enorgullesen las que he leido..."

Jorge Luis Borges

BIBLIOTECA.

HORARIO DE ATENCION:

LUNES Y VIERNES DE 7:30 A 12:00 HS
MARTES MIERCOLES Y JUEVES DE 13:00 A 17:00 HS

ACERCATE TE ESPERO
YANINA SALAS, BIBLIOTECARIA

nuestra escuela

nuestra escuela

Nuestro gaucho

Nuestro gaucho
Prof. ernesto Dabadie

Nuestros alumnos

Nuestros alumnos
alumnos de 1º

Hector Peñalva

Hector Peñalva
Prof. Musica

Mabel Pilla

Mabel Pilla
los hijos hermosos

alumnos en recreo

alumnos en recreo

Alumnos

Alumnos
dia de la tradicion

miércoles, 21 de mayo de 2008

Mateo y su gato rojo

A Mateo le regalaron un lindo cuaderno de tapa dura. Grande y celeste, de páginas blanquísimas; sin líneas, que invitaban a dibujar.
Tomó un lápiz rojo y dibujó un gato que estaba contento. Casi podía oír su ronroneo. Se fue a dormir satisfecho, pensando en su gato rojo y feliz.
Pero al otro día, al abrir el cuaderno, el gato había perdido la sonrisa. Mateo se preocupó y pensó que tendría hambre. Entonces le dibujó un plato con leche y cerró el cuaderno.
Lo primero que hacía al levantarse era abrir el cuaderno para ver cómo seguía su gato. Esta vez tenía mejor semblante, pero igual no parecía muy feliz. Mateo pensó qué más necesitaría. Dibujó entonces un almohadón mullido para que no tuviera frío. Luego, un ovillo de lana y una pelota saltarina, pero no dio resultado.
A la noche se le ocurrió una buena idea. Tomó el cuaderno, pintó un ratón de largos bigotes y se ocupó especialmente de dibujarle una gran sonrisa. En medio de su sueño una idea lo sobresaltó, abrió el cuaderno y le agregó un cartel que decía: “Por favor, no me comas”. También dibujó un pedazo de queso.
Ahora se hacían compañía. A veces encontraba al ratón durmiendo en el lomo del gato o al gato lamiendo al ratón. Pero al cabo de un tiempo, tanto el ratón como el gato, habían perdido su sonrisa.
Mateo ya no dormía. A veces, abría apenas el cuaderno y espiaba entre las hojas. Pero estaba seguro, algo andaba mal.
Estuvo pensando largo tiempo hasta que comprendió. Abrió el cuaderno y dibujó una ventana abierta, una luna y un cielo de estrellas.
A la mañana siguiente, las hojas de su cuaderno volvieron a ser blanquísimas, sin líneas e invitaban de nuevo a dibujar.
Extraido de www.educared.org.ar/enfoco/imaginaria/biblioteca

No hay comentarios: